Pocas recetas despiertan tantas pasiones como la tortilla de patata. En casa, en el bar de la esquina o en las grandes cocinas, este plato sencillo en ingredientes y profundo en sabor se ha ganado un lugar privilegiado en la mesa de cualquier amante de la gastronomía española.

Un poco de historia

Aunque hoy es un emblema nacional, la tortilla de patata —también conocida como tortilla española— tiene orígenes humildes. Se dice que empezó a elaborarse en el siglo XIX como una forma práctica de alimentar a muchas personas con pocos ingredientes. La patata, llegada desde América, se mezcló con el huevo y pronto se convirtió en una revolución culinaria.


Ingredientes básicos, resultados infinitos

La base es siempre la misma: patatas, huevos, aceite y sal. A partir de ahí, se abre un universo de posibilidades. ¿Con cebolla o sin cebolla? ¿Más cuajada o jugosa por dentro? ¿Corte fino o grueso? Cada casa y cada cocinero tiene su receta perfecta, y ahí está parte de su magia.

Entre las variantes más populares:

  • Con cebolla: añade un punto dulce que la hace irresistible para muchos.
  • Sin cebolla: para los amantes del sabor más directo y clásico.
  • Con pimientos, chorizo, calabacín o incluso trufa: las versiones más creativas no paran de crecer.

El secreto está en el mimo

Hacer una buena tortilla de patata no es complicado, pero sí requiere cariño y paciencia. La patata debe freírse lentamente, hasta quedar tierna, no crujiente. Luego se mezcla con el huevo batido y se deja reposar un poco antes de cuajarla en la sartén. El punto de cocción es la firma de cada cocinero: desde la versión poco hecha y cremosa hasta la más firme y dorada.

Un plato para todo momento

La tortilla de patata es versátil como pocas. Sirve como desayuno, aperitivo, comida principal, merienda o cena ligera. En pincho, bocadillo, en raciones o recién hecha al centro de la mesa, nunca desentona. Es perfecta para llevar al trabajo, al campo, a la playa o a una fiesta.

Un símbolo nacional

Más que una receta, la tortilla de patata es una seña de identidad, un punto de encuentro gastronómico que une generaciones. Y aunque la eterna discusión sobre la cebolla siga viva, lo que está claro es que no hay bar en España que no tenga su propia versión.

¿Y tú, cómo la prefieres? Con cebolla, sin ella, poco hecha o bien cuajada…

Sea como sea, larga vida a la tortilla de patata.

¡Cuéntanos cómo te gusta y de qué manera prefieres comer!🫶