En Gijón hay bares que son mucho más que un sitio donde comer: son lugares que guardan la esencia de la ciudad y de su tradición gastronómica. Uno de ellos es, sin duda, el Bar Begoña, donde pasamos una comida que queremos compartir con vosotros porque resume a la perfección lo que significa disfrutar en una mesa asturiana.

El comienzo: calamares frescos que saben a mar

Abrimos el festín con unos calamares frescos que llegaron a la mesa en su punto exacto de fritura. Tiernos, con un rebozado ligero y nada aceitoso, eran el ejemplo de cómo un producto de calidad, bien tratado, no necesita más adornos para brillar. Cada bocado nos recordaba al sabor auténtico del Cantábrico.

El plato estrella: un cachopo guisado diferente

Si hablamos de Asturias, es imposible no pensar en el cachopo. Pero en el Bar Begoña lo probamos de una manera distinta: cachopo guisado. Una propuesta sorprendente, jugosa y con un sabor profundo que se salía de lo habitual. El guiso aportaba un toque casero y de tradición, como de plato de domingo preparado con paciencia, que lo convirtió en el protagonista indiscutible de la comida.

El final dulce: tarta de queso cremosa

Y para cerrar, un clásico que nunca falla: la tarta de queso. Cremosa, equilibrada y con ese punto casero que la hace irresistible, fue el broche perfecto para una experiencia redonda.

Una visita para repetir

El Bar Begoña de Gijón nos dejó con la sensación de haber comido en casa, pero con la calidad de un bar con historia y buen hacer. Buena materia prima, recetas con alma y un ambiente cercano son la clave de un lugar que se ha ganado un hueco en nuestra lista de imprescindibles.

Volveremos, sin duda, porque cuando se juntan tradición, autenticidad y sabor, el resultado solo puede ser inolvidable.

¿Y tú ya conocías el Bar Begoña?