Hay comidas que se recuerdan por el lugar, otras por la compañía… y algunas, como esta, por absolutamente todo. Nuestra visita al restaurante Sal Negra, en Somió (Gijón), fue una auténtica celebración gastronómica pensada para compartir con amigos, dejarse aconsejar y disfrutar sin prisas. Un menú recomendado por el propio personal de la casa, ideal para estas fechas navideñas en las que la mesa se convierte en el centro de todo.

El inicio perfecto: entrantes para compartir

La experiencia comenzó con unas croquetas de chuletón, cremosas por dentro y llenas de sabor, de esas que desaparecen del plato antes de poder repetir. A su lado, unas patatas bravas que no pasan desapercibidas: coronadas con una salsa que presume, con razón, de haber sido reconocida como el mejor sabor de Gijón a bravas de Gijón 2024. Intensidad, equilibrio y ese punto adictivo que obliga a mojar hasta el último trozo.

No faltó la ensaladilla de la casa con mejillones, una versión muy personal, fresca y con carácter marino, perfecta para abrir apetito sin perder identidad.

Mar y tradición con un toque moderno

Seguimos con unos impecables calamares de potera a la plancha, tratados con respeto, punto exacto y sabor limpio. Después llegó uno de los platos que más conversación generó en la mesa: el tonnato vitello, una reinterpretación elegante y sabrosa que combina tradición italiana con el estilo propio de Sal Negra.

El pescado tuvo su momento con un magnífico rubiel a la espalda, jugoso y bien trabajado, y un espectacular arroz verde con almejas y chipirones, lleno de matices, profundo y perfectamente ligado. Un arroz para disfrutar sin prisas y para compartir, como debe ser.

La sorpresa: brasa y técnica

Uno de los platos más sorprendentes fueron las mollejas a la brasa con gyozas de mollejas. Potencia, textura y creatividad en un solo pase. Un plato que demuestra la personalidad de la cocina y su capacidad para elevar un producto tradicional a otro nivel.

El final dulce que lo redondea todo

Para rematar, una trilogía de postres pensados para compartir:

  • Arroz con leche, crema y sus texturas, homenaje a la tradición asturiana con un enfoque actual.

  • Tiramisú, equilibrado y nada empalagoso.

  • Tarta de queso, cremosa y delicada, perfecta para cerrar la comida.

 Sal Negra un restaurante para volver y recomendar 

Sal Negra no es solo un restaurante, es una experiencia que combina producto, técnica y cercanía. El asesoramiento del personal, el ambiente acogedor y una carta pensada para disfrutar en grupo lo convierten en una opción ideal para comidas navideñas, celebraciones familiares o encuentros entre amigos.

Una mesa compartida, platos para recordar y la sensación de haber acertado de pleno

Así se come y se disfruta, en Sal Negra, Somió.